ARTÍCULO

Si hace daño, ¿por qué fumamos?

Al empezar a investigar quién fuma y por qué lo hace se llega casi inevitablemente al tema de la inequidad. Así lo explica Cancer Research UK en su artículo en colaboración con la profesora de medicina Jamie Hartmann-Boyce.

El artículo empieza con un párrafo contundente:

“El vínculo entre el tabaco y el cáncer está muy bien establecido. Décadas de investigación muestran que fumar aumenta el riesgo de al menos 15 tipos diferentes de cáncer. Y ya no es una «noticia»: el 94 % de los adultos del Reino Unido reconocen que fumar es un factor de riesgo de cáncer cuando se les solicita”.

Teniendo en cuenta este hecho, la pregunta fundamental es por qué, si es tan claro el daño que causa el tabaquismo, las personas empiezan a fumar y continúan haciéndolo durante años, que incluso pueden extenderse a toda su vida. Más que eso, si en la actualidad tenemos suficiente acceso a la información para saber lo que nos ayuda a llevar una vida saludable –por ejemplo, no fumar o mantener un peso adecuado–, ¿por qué seguimos poniendo en riesgo nuestra salud?

Cuando se trata de tabaquismo, la situación es compleja. Según explica Cancer Research UK, “para las personas que fuman no es tan simple como evitar los cigarrillos porque no son saludables y son costosos. Algunas personas son más propensas a probar un cigarrillo que otras y, a menudo, los factores que están fuera de nuestro control pueden marcar la diferencia. Para muchos, esa primera bocanada allana el camino hacia una adicción duradera”.

¿Quiénes corren más riesgo?

En el artículo se establece como punto de partida que el tabaquismo es uno de los factores que más incrementa el riesgo de padecer cáncer. De esta manera, quienes sean más propensos a fumar y mantener el hábito estarán también en un riesgo mayor de desarrollar algún tipo de cáncer.

Según explica la profesora Hartmann-Boyce, “sabemos que hay ciertos grupos de la población que son más propensos a fumar. Entre ellos se incluyen personas en áreas desfavorecidas, personas con problemas de salud mental y la comunidad LGBTQ+. (…) Las personas de los grupos menos favorecidos tienden a ser más adictas. Tienden a empezar a fumar antes y, por lo tanto, tienen más cosas que superar cuando intentan dejar de fumar”.

A estas inequidades que llevan al tabaquismo se suma la desigualdad que enfrentan los fumadores a la hora de acceder a recursos y servicios para dejar de fumar. En el Reino Unido, la disponibilidad de este tipo de apoyo varía de un lugar a otro. Y el hecho de que esta situación ocurra en un país desarrollado no puede sino hacer que nos preguntemos qué tanto más complicado puede ser el problema para otros países, como los de ingresos bajos.

Los factores que subyacen a la salud y los comportamientos de salud son muchos y complejos. Estos incluyen las presiones y oportunidades que alguien ha enfrentado a lo largo de su vida, así como sus circunstancias actuales, conocidas colectivamente como los «determinantes más amplios de la salud».

¿A qué se deben las diferencias?

Lo que está detrás de la mayor propensión de algunas personas al tabaquismo va mucho más allá de los cigarrillos e incluso del tema de la salud, pues hay en juego factores socioeconómicos que, en gran medida, se salen de las manos de los fumadores, actuales o potenciales.

Según explica, la profesora Hartmann-Boyce, “los cigarrillos se han diseñado a lo largo del tiempo para que sean lo más adictivos posible, por lo que si comienzas a usarlos cuando eres más joven, cuando seas mayor, a menudo serás tan adicto que será increíblemente difícil dejarlo, especialmente sin el apoyo adecuado”.

En relación con esto, Cancer Research UK explica que “la exposición y el acceso de los niños al tabaco están determinados por factores ambientales y sociales. Y uno de los determinantes más poderosos es el entorno familiar, en particular, el tabaquismo de los padres. (…) ¿Cómo se vería esto en la vida real? Un niño que vive en un área más desfavorecida podría vivir con alguien que fuma, crecer cerca de más tiendas que venden cigarrillos, estar expuesto a más imágenes de tabaco en los medios y tener amigos que fuman”.

Un agravante: la industria del tabaco

A los factores socioeconómicos que se salen de las manos de los fumadores se suma un problema más: el daño a la salud pública que provoca la industria del tabaco en el intento para obtener más ganancias.

A pesar de que la visibilidad y acceso a los cigarrillos ha disminuido gracias a las regulaciones que desde hace un par de décadas han empezado a implementar un gran número de países, entre ellos Reino Unido, “la industria tabacalera todavía tiene formas de encontrar nuevos clientes y, desde un punto de vista comercial, cuanto más jóvenes comiencen, mejor”.

En esta búsqueda por conseguir nuevos clientes y mantenerlos, el componente ético parece haber pasado a un segundo plano. Las estrategias de mercadeo usadas para lograr ese objetivo han llegado a apuntar deliberadamente a las poblaciones más vulnerables, como la LGBTQ+, con quienes la industria tabacalera ha buscado –y en gran medida logrado– crear una gran base de clientes.

Según explica Hartmann Boyce, “existe evidencia de que la industria tabacalera realmente pone mucho esfuerzo en dirigirse a grupos específicos. Por ejemplo, la comunidad LGBTQ+ ha sido realmente el objetivo de la industria tabacalera”. Con respecto a este punto, “un ejemplo extremo es una campaña de los años 90 denominada ‘Proyecto SCUM’ (supuestamente un acrónimo de ‘marketing urbano subcultural’), cuyo objetivo era aumentar las ventas en grupos de homosexuales y personas sin hogar en San Francisco”.

Otro factor clave: la salud mental

Según explica Cancer Research UK, a los factores socioeconómicos y a los comerciales relacionados con la industria tabacalera hay que agregar uno más: la salud mental. Los grupos de población más vulnerables son también los más propensos a experimentar algún tipo de problema mental. Y “estas superposiciones no son una mera coincidencia. Las desigualdades en salud, las desigualdades económicas y la marginación social están inextricablemente vinculadas”. Esta combinación de factores es, en gran medida, lo que lleva al inicio y mantenimiento del tabaquismo y, por lo tanto, a un aumento en la probabilidad de sufrir otros problemas de salud, como el cáncer.

Como si esto fuera poco, aparece en la ecuación uno de los atractivos que los fumadores encuentran en el cigarrillo: su efecto calmante o distractor ante situaciones estresantes. Se trata de un efecto que Cancer Research UK considera engañoso, pues no solo es pasajero, sino que “la investigación muestra mejoras consistentes en la salud mental después de dejar de fumar”.

Por los puntos anteriores, la organización hace un llamado para afrontar el problema de una manera profunda e integral: “Necesitamos una acción colaborativa entre el gobierno y la sociedad, incluida, entre otras, la salud, para abordar las desigualdades en salud. Pero también es importante observar los impulsores directos del tabaquismo dentro de grupos específicos”.

Una voz de aliento para dejar de fumar

A pesar del enorme poder de los factores que están detrás de la propensión al tabaquismo, Cancer Research UK hace énfasis en que existe esperanza para quienes buscan dejar este hábito y mejorar su salud y calidad de vida. En este sentido, señalan que existen diversas opciones para aumentar la probabilidad de dejar de fumar con éxito.

“Hartmann-Boyce explica que hay varias opciones disponibles para alguien que busca dejar de fumar, desde medicamentos hasta terapia de reemplazo de nicotina, apoyo conductual y cigarrillos electrónicos que contienen nicotina.

“Lo más efectivo de todo es una combinación de medicamentos recetados y apoyo conductual de los servicios locales gratuitos para dejar de fumar. Este enfoque tiene 3 veces más probabilidades de ayudar a alguien a dejar de fumar que la fuerza de voluntad por sí sola”.

A estas recomendaciones la profesora añade que “lo importante es recordar que puedes seguir intentándolo, así que solo porque no hayas tenido éxito una vez, no significa que no lo tendrás la próxima vez. La mayoría de las personas que dejan de fumar con éxito lo han intentado varias veces”.


Este artículo fue traducido y adaptado al español por el equipo de Vaping Today. Publicación original: Health inequalities: Why do people smoke if they know it’s bad for them?. Si encuentra algún error, inconsistencia o tiene información que pueda complementar el texto, comuníquese utilizando el formulario de contacto o por correo electrónico a redaccion@thevapingtoday.com.

La entrada Si hace daño, ¿por qué fumamos? se publicó primero en VAPING TODAY.

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