ARTÍCULO

Tabaquismo juvenil: el vapeo no es el culpable

Un nuevo metaanálisis de estudios estadounidenses ha indagado sobre el uso del cigarrillo electrónico en los adolescentes y el supuesto efecto puerta de entrada. Los datos demuestran que para esta población no es un riesgo mayor de lo que puede ser vivir en un entorno familiar con tabaquismo. Además, el consumo de cigarrillo electrónico entre los adolescentes continúa disminuyendo.

Desde Birmingham, Alabama, en los Estados Unidos, la profesora Rouyan Sun PhD. del Departamento de Organización y Políticas de Atención Médica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Alabama realiza un metaanálisis de datos obtenidos entre 2013 y 2021 con referencia al consumo de nicotina, tanto por medio de cigarrillos de combustión como de nuevas tecnologías, en la población escolar de los Estados Unidos.

El estudio se centra en la supuesta condición del vapeo como puerta de entrada a un futuro tabaquismo. Pese al escándalo de la “epidemia juvenil de vapeo”, los números han demostrado que las tasas de consumo continúan bajando.

¿Quiénes son y qué consumen los adolescentes?

El consumo juvenil de cigarrillo en los Estados Unidos viene presentando una caída sostenida desde principio de siglo. De hecho, en 2020 el 4,6% de los estudiantes de secundaria y el 1,6% de intermedia reportaron haber fumado dentro de los 30 días anteriores.

El vapeo en particular se ha convertido en la opción más popular entre los escolares. En 2019, el 27,5% de los estudiantes de secundaria y el 10,5% de intermedia reportaron haber vapeado el pasado mes. Aunque para el periodo 2020 y 2021 el ratio de consumo decreció notablemente, el vapeo es aún la opción más popular en las escuelas.

La profesora Sun también encuentra en su metaanálisis una muestra de 11.560 jóvenes que nunca han fumado. Cerca del 50% son hombres y la población entre los 12 y 14 años representa la mitad de la muestra; el porcentaje restante se encuentra en el rango entre 15 y 17 años. Los jóvenes blancos no hispánicos representan también una mayoría dentro de este grupo, con el 51,4%. Con respecto al nivel educativo de los padres, el 26% tiene estudios de bachillerato o menos, el 28% son aquellos con alguna experiencia universitaria y el 45,2% han obtenido un grado universitario o superior. 

El 74,4% de los encuestados son estudiantes con calificaciones superiores a B (siendo A la más alta y E la más baja), mientras que el 27,6% viven con un familiar que actualmente usa tabaco, el 32,2% tiene un amigo que usa productos de tabaco y el 26,6% estuvo en presencia de humo de segunda mano en los pasados 7 días. Además el 26,1% de los estudiantes reporta ser susceptible al cigarrillo, mientras el 11,3%  nunca ha vapeado y solamente el 4,3% reconoce haber utilizado otro producto de tabaco diferente al vapeo y cigarrillo. 22,2% reportó la ingesta de alcohol dentro de los pasados 12 meses y solamente el 3,4%, marihuana.

Tabla 1. Información sobre la población nunca fumadora
Never cigarette smokers by wave 4.5
Proportion (%)Weighted proportion (%, 95% CI)
Sociodemographic characteristics
Sex   
Male 51.8 50.7 (50.3−51.1) 
Female 48.2 49.3 (49.0−49.7) 
Age   
12–14 50.7 53.9 (53.5−54.3) 
15–17 49.3 46.1 (45.7−46.5) 
Race/ethnicity   
Non-Hispanic white 46.2 51.4 (51.0−51.8) 
Non-Hispanic black 13.4 13.5 (13.2−13.8) 
Hispanic 30.6 24.4 (24.1−24.8) 
Non-Hispanic other 9.8 10.7 (10.4−11.0) 
Highest parental education   
High school/GED or less 29.4 26.0 (24.9−27.1) 
Some college 29.7 28.8 (27.5−30.2) 
College or higher 40.9 45.2 (43.7−46.7) 
Household income   
<50k 44.0 39.7 (38.5−40.9) 
50k to 100k 25.7 26.5 (25.4−27.6) 
>100k 30.3 33.8 (32.4−35.4) 
Grades ≥ mostly B’s   
Yes 72.9 74.4 (73.5−75.3) 
No 27.1 25.6 (24.7−26.5) 
Exposure to tobacco users   
Family tobacco use   
Yes 27.5 27.6 (26.5−28.8) 
No 72.5 72.4 (71.2−73.6) 
Secondhand smoke   
Yes 26.5 26.6 (25.6−27.6) 
No 73.5 73.4 (72.4−74.4) 
Friends’ tobacco use   
Yes 32.5 32.2 (31.1−33.3) 
No 67.5 67.8 (66.7−68.9) 
Susceptibility   
Susceptible to cigarettes   
Yes 26.4 26.1 (25.2−27.1) 
No 73.6 73.9 (72.9−74.8) 
Behavioral risk factors   
Ever vaped   
Yes 11.3 11.3 (10.6−11.9) 
No 88.7 88.7 (88.1−89.4) 
Ever used other tobacco products*   
Yes 4.4 4.3 (3.9−4.6) 
No 95.6 95.7 (95.4−96.1) 
Used alcohol in past 12 months   
Yes 21.9 22.2 (21.1−23.3) 
No 78.2 77.8 (76.7−78.9) 
Used marijuana in past 12 months   
Yes 3.5 3.4 (3.0−3.9) 
No 96.5 96.6 (96.1−97.0) 

Rouyan Sun considera como factores de riesgo varios puntos que le han permitido encontrar una correlación directa entre el consumo de tabaco juvenil y la incidencia social de fumadores cercanos. También identifica que otros factores de comportamiento riesgosos, como el consumo de alcohol o cannabis, y la susceptibilidad al consumo de cigarrillo son los que tienen una asociación más fuerte con un futuro consumo juvenil de cigarrillo.

Tabla 2. Información sobre la población fumadora
Risk factorsPast 12-month cigarette smoking(%, 95% CI)Past 30-day cigarette smoking(%, 95% CI)
Ever vaped*   
Yes 9.4 (7.4−11.8) 3.2 (2.2−4.7) 
No 1.9 (1.7−2.3) 0.7 (0.5−0.9) 
Exposure to tobacco users   
Family tobacco use   
Yes 4.8 (4.0−5.8) 1.8 (1.3−2.5) 
No 1.8 (1.5−2.1) 0.6 (0.4−0.8) 
Secondhand smoke   
Yes 5.1 (4.1−6.4) 1.9 (1.3−2.6) 
No 1.7 (1.4−2.1) 0.6 (0.4−0.8) 
Friends’ tobacco use   
Yes 5.8 (4.9−6.9) 3.2 (2.5−4.2) 
No 1.3 (1.0−1.6) 0.5 (0.4−0.8) 
Susceptibility   
Susceptible to cigarettes   
Yes 6.4 (5.4−7.6) 2.1 (1.5−2.8) 
No 1.3 (1.0−1.6) 0.4 (0.3-−0.7) 
Behavioral risk factors   
Ever used other tobacco products**   
Yes 13.7 (9.6−19.2) 4.2 (2.3−7.3) 
No 2.2 (1.9−2.6) 0.8 (0.6−1.0) 
Used alcohol in past 12 months   
Yes 5.9 (4.8−7.4) 2.1 (1.5−3.0) 
No 1.8 (1.5−2.1) 0.6 (0.4−0.8) 
Used marijuana in past 12 months   
Yes 10.3 (7.0−15.0) 4.2 (2.1−8.1) 
No 2.1 (1.8−2.4) 0.7 (0.6−0.9) 

Conclusiones

Los resultados han dejado claro que, pese a la relación que existe entre el consumo juvenil de cigarrillo electrónico y el posterior tabaquismo, este vínculo resulta insignificante al momento de evaluar otros datos sociodemográficos y socioeconómicos, como la susceptibilidad al consumo de cigarrillo, la exposición al humo y la interacción con consumidores de tabaco. Estos últimos son factores más determinantes en el tabaquismo juvenil.

Tras su análisis, la profesora Sun encuentra también que el uso de vaporizadores y líquidos de nicotina es mucho menor de lo que se acusa, puesto que los datos más recientes en el modelo evaluativo más completo (wave 4) hablan de una reducción de 5 puntos, de 4,07% a 1,37%. Así mismo, el modelo evaluativo expone que el indicador de consumo de vapeo dentro de los últimos 30 días disminuyó de 5,81% a 3%.

Queda claro entonces que el vapeo no es la puerta de entrada al tabaquismo, pues este es más un producto del entorno sociocultural en el que se desenvuelven los menores de edad. Factores como etnicidad, ingresos del hogar o situación social son significativamente más influyentes en los jóvenes, pues imparten un modelo de conducta aprobado o correcto aprendido de sus familiares o allegados.

Así las cosas, el vapeo puede ser una herramienta para salvaguardar la salud de los jóvenes al evitar el consumo de nicotina por combustión. Sin embargo, las políticas públicas de educación frente al consumo de sustancias deben ser fuertes, constantes y eficaces.

Puede consultar en este link el estudio completo.


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